Una pareja caminaba por un el amplio vestíbulo de un inmenso hotel a las afueras de Tokio, la pareja consistía en un hombre alto y contextura delgada, pero a la vez fuerte y llamativa, cuya cara llamaba la atención de todas las mujeres del vestíbulo, de su mano iba una bella mujer de cabellos rubios, hermosas facciones y atrayentes medidas, que atraían las miradas de todos los hombres del hotel, en resumen, todo el hotel miraba la bella pareja que acababa de entrar. Después de hablar con él recepcionista (quien dificultosamente quitó los ojos de la chica) fueron a donde este les indico el número de la habitación, ya que sus cosas se encontraban en su habitación.
Mientras subían en el ascensor, la chica, con un poco de pena, le habló a su pareja con una voz suave y dulce:
— Oye… Shun —dijo la chica con las mejillas sonrosadas.
— ¿Si, June?
— Te importaría… eh… ¿Cargarme? —pidió la chica con voz apenada.
Shun se sorprendió un poco, pero luego sonrió con calidez y pasó su brazo por la cintura de la rubia, mientras que su otro brazo, tomaba posesión de los pies de esta.
— Siempre que sea necesario, mi vida —dijo él para después darle un beso, antes de que se abrieran las puertas.
Shun abrió la puerta de la habitación de ambos (que se encontraba en el último piso del hotel) con el pie, y observó el hermoso entorno a su alrededor, mientras que June seguía prendada a su cuello viéndolo todo.
Después de un agotador día en la recepción de la boda de ambos, era bueno tener un lugar donde descansar y pasar el rato, sin preocuparse tanto por sus hijos, quien estaba al cuidado de su tío Ikki, debido a la ocasión.
Shun depositó a June con delicadeza en el suelo, mientras él procedía después a abrir las cortinas y quitarse los zapatos.
— Shun, voy al baño a quitarme el vestido ¿De acuerdo? —dijo June dejando sus zapatos en el piso.
— Esta bien, pero… ¿Por qué no lo haces aquí? —preguntó él extrañado.
— Lo que pasa es que quiero ver una cosa, no te preocupes ¿Si? —respondió ella con serenidad.
Mientras June iba al baño, Shun cerraba la puerta del cuarto y colocaba el cartel de "no molestar", para después quitarse el traje, al mismo tiempo que observaba (con más detenimiento esta vez) la habitación del hotel que Saori les había reservado en las afueras de la ciudad como regalo de bodas.
Shun se decía mentalmente todo era demasiado extravagante, por no decir también excesivos, los regalos que les habían dado a él y June, entre ellos: una gran guitarra con micrófono, por parte de Seiya, una colección de utensilios de cocina por parte de Seika, unos libros de convivencia matrimonial de Shiryu, ropa de nieve nueva por parte de Hyoga, ropa de bebe para por parte de Shunrei y a pesar de que Shun le había dicho a Ikki que no lo hubiera hecho, este no tuvo reparos en hacerles una casa, junto con los demás caballeros, en la isla de Andrómeda.
Mientras que en el baño…
June estaba secándose su cara, luego de habérsela lavado, luego se miró al espejo, y se limpió el maquillaje; después de eso observó sus ojos reflejados y comenzó a pensar en lo que vendrían en el futuro. En ese momento su cara comenzó a reflejar solo una cosa: felicidad. Pensar que por fin pasaría el resto de su vida con el hombre que le había quitado el sueño por tanto tiempo desde el primer momento que lo vio, pero al mismo tiempo pensaba en como seria el futuro de sus hijos, familiares, amigos y el por venir.
—"¡Por qué tendemos más hijos!" — Pensó ella en su interior.
Este bello pensamiento, hizo que una sonrisa se formara en su rostro, ya que ella sentía que tarde o temprano vendrían más pequeños a alegrarle la vida, a los recién casados, par de padres, aunque por el momento esperarían y disfrutarían al máximo de sus hijos y de su nueva vida de recién casados.
Luego de salir de su entonación, June revisó su peso en la balanza que había en el baño, cuando vio el resultado, pensó:
— "Todavía me faltan unos kilos"
Aunque había rebajado gran parte del peso, obtenido durante el embarazo, debido a su condición física africana y al duro entrenamiento al que se sometía cada día, combinado con una dieta especial, aún le faltaba algo mas por rebajar; sobre todo debido al agrandamiento de su escote, que ahora era talla DD hecho que tenía que agradecerle al susodicho embarazo, ya que Shun y muchos de sus compañeros no pasaron por desapercibido ese detalle, para su enorme satisfacción.
Mientras que en la habitación…
Shun terminó de quitarse su traje y terminó de observar los detalles de la hermosa habitación, tenía que admitir que era muy grande, ya que él nunca había visto una habitación tan grande, ni siquiera en la mansión.
Que decir que Saori no reparaba en gastos cuando de sus amigos se trataba y menos de aquel santo que la había ayudado tanto. Una cama con dosel de color blanco, un balcón con jacuzzi y mesa para comer; eran solo una de las tantas cosas que hacían parecer aquella habitación un palacio.
Después de colocarse una bata de color negro que le llegaba hasta los muslos, Shun fue hasta el balcón de la suite, (el cual era bastante grande) y apreció la ciudad de Tokio en todo su esplendor, a la vez que pudo ver el atardecer, el cual caía en el horizonte con gracia, dándole un aspecto de pintura a la ciudad. Él podía ver el bullicio de las personas a varios metros más abajo, era algo que parecía muy lejano en ese momento; ya que él pensaba en lo hermosa que era June y que ni ese paisaje se comparaba con ella, ni lo bella que se había vuelto su vida en el momento que la conoció a ella. Luego de tantos problemas, batallas y dificultades; al fin habían conseguido algo de paz, por lo que haría lo imposible para aprovecharla al máximo con June y sus hijos.
— "Nunca te dejare June"
Estos eran los pensamientos del santo de Andrómeda, que disfrutaba de verdadera paz y una bella vista así que cerró los ojos para recordar los eventos y batallas que vivió en el pasado, los cuales le habían servido para reformar su actitud, puesto que ahora se tomaría en serio el deber de proteger a sus seres queridos, puesto que protegería a su familia sin importar como, o al menos estos eran sus pensamientos, hasta que sintió las manos de alguien muy conocido cubrir sus ojos y decirle a su oreja:
— ¿Quién soy? —dijo June mordiendo su oreja.
— Alguien que está muy ansiosa por lo que veo —respondió él volteándose y abrasándola.
June sonrió con malicia y paso su mano suavemente por la espalda de él.
— ¿Tienes hambre? —preguntó June que traía puesta una bata igual a la de Shun pero de color blanco.
— Mmm si pero de otra cosa —contestó Shun comenzando a besar su cuello.
June le dio unos golpecitos en la nuca a Shun, consiguiendo llamar la atención del peliverde.
— Me refería a otro tipo de hambre… tonto, ¿Ahora quien es el ansioso? —añadió June, quien lo miraba con picardía y molestia fingida.
— Pues algo… —dijo Shun con un leve sonrojo.
— Hay bastante comida para eso, ¿Qué opinas? —explicó ella enseñándole el menú del hotel a Shun.
— Lo quiero todo —le dijo él luego de ver los manjares tan exóticos, ya que solo había comido pastel y bocadillos en la boda —.
— ¡Eres un glotón! —Dijo ella, dándole un zape con el menú en la cabeza— ¡Mi dieta se irá al demonio contigo! —exageró graciosamente y dándole la espalda de manera cómica, haciendo que el sonriera divertido.
— Pues yo creo que te vez muy hermosa —le dijo él al oído suavemente y estremeciéndola, mientras acariciaba lo poco que quedaba de su panza a la vez que añadía—: sobre todo en cierta parte que me vuelve loco —susurró él acariciando sus pechos.
— Son las ventajas de ser una amazona y de quedar embarazada —añadió mientras disfrutaba de la caricia— pero aun así tengo que tener el régimen o nunca podré estar de forma de nuevo.
— Pues ese régimen se acaba hoy señorita, ¿Entendió? —ironizó Shun yendo a pedir la comida por el teléfono, mientras le daba un último beso anticipándole lo que vendría después— tu sabes que a mí no me importa nada más que tu personalidad y eso vale más que cualquier forma de belleza externa —le contó él antes de que cayera la llamada.
Después de pedir la comida, Shun y June se sentaron en el balcón a comer con tranquilidad, mientras contemplaban la hermosa noche. De vez en cuando Shun tenía ciertos arrebatos ya que pasaba sus pies por las piernas de ella o le daba de comer el mismo; cosa que la hacía enloquecer y molestar al mismo tiempo. Pero June por supuesto no se quedaba atrás ya que comía una fresa de manera que Shun se excitara o rosaba sus propios pies en cierta parte del cuerpo de él, que hacía que apretara el rostro.
Luego de comer Shun se encargó de limpiar la mesa, cuando regresó a la habitación; noto que June había apagado las luces y cerrado las cortinas con tal de darle un efecto romántico a la velada. Ella lo esperaba sentada en la cama, sin nada puesto y mirándolo con esa mirada tan imponente y fuerte que tenía, la sola imagen de ella en la cama, hizo que Shun comenzara a excitarse por lo que se dirigió rápidamente hasta ella, ya en la cama intento abrazarla, pero para su sorpresa June lo aparto.
— Creo que es mi momento para que yo tome las riendas del matrimonio ¿No te parece cariño? —dijo de manera sarcástica, haciendo que Shun se quedara sin palabras ante esta pregunta; pero luego con algo de dificultad logro asentir levemente.
— De acuerdo mi amor, ¿Qué vas a hacer? —preguntó al ver que ella cogía de la mesa de noche los guantes que había usado en su vestido, cosa que lo sorprendió e intrigó.
— Es una sorpresa —comentó ella guiñándole un ojo pícaramente, para luego comenzar a besarlo intensamente.
June lo acostó en la cama de espaldas con delicadeza, mientras proseguía con sus besos, ella amarraba las manos de él, con sus guantes, a la vez que vendaba sus ojos con cada uno de ellos.
Shun por su parte, respiraba con fuerza y dificultad, ya que él solo aceptó, por el hecho de que había estado esperando mucho por disfrutar su luna de miel desde que llegaron, pero a la final no sabía, ni tenía idea de lo que se había metido cuando accedió.
June besó de nuevo los labios de Shun con pasión, a la vez que los mordía con delicadeza, para luego depositar besos en toda su cara, mientras pasaba sus manos por sus fuertes brazos; pues ella se sentó sobre su pecho, luego de besar su cuello.
Shun en su mente no sabía si esto era un sueño o una pesadilla, pero sentía que su auto control cedía más y más, a la vez que June seguía con sus caricias; pero aún así, con algo de dificultad, logro mantener el autocontrol con tal de complacerla a ella y a si mismo, ya que si por él fuera no dejaría que ella terminara nunca.
Ella por su parte, se tomo su tiempo para seguir con el acto de amor, por lo que poco a poco fue bajando por su torso, mientras besaba y acariciaba su pecho, provocando varios gemidos por parte (del ya muy excitado) Shun, el cual que sentía el caliente pecho desnudo de June sobre él, haciendo que sus terminales nerviosas enloquecieran de placer.
Siguiendo con el juego, June se acerco al bóxer que Shun todavía cargaba puesto, en donde podía apreciar lo emocionado que estaba él, incluso antes de acercarse. Lentamente acaricio con delicadeza la tela de este, haciendo que Shun gimiera con fuerza; por lo que después bajo y le dio pequeños besos en su ombligo, rodeando esa parte que clamaba a gritos ser acariciada y tocada.
Shun sentía que esta era la peor tortura que se lo podía aplicar a un hombre, ya que nada de lo que había experimentado antes con June se comparaba con esto, por lo que se pregunto cuánto tiempo estaría guardándose ella esto, ya que gran parte de su cerebro estaba maldiciéndose a sí mismo por haber aceptado en primer.
Ella seguía con sus besos, evitando el hinchado miembro de Shun, que estaba a punto de explotar, él por su parte, no se atrevía a decirle lo que quería; pero ya para ese momento su cordura estaba llegando a su límite, ya que June seguía ignorando los gemidos que salían de su boca, hasta que él noto con gran desesperación, que lo hacía a propósito.
— June… —dijo Shun con voz ronca y respiración agitada— el bóxer… por favor quítame el… —pero él fue callado por un beso apasionado de ella, hasta que por fin sintió que era despojado de la única prenda de ropa que poseía con lentitud, por lo que exhalo un suspiro agradecido.
Lamentablemente la paz no le duro mucho; ya que sintió como June comenzaba besar esa parte de su cuerpo con lentitud y delicadeza por lo que tuvo que sacar fuerzas de lo más profundo de su cuerpo, para preguntar:
— ¿Qué… estás haciendo? —Preguntó de repente levantando la cabeza apuntándola hacia el rostro de ella.
— ¿Qué parece que estoy haciendo? —respondió ella con otra pregunta y continuando con lo suyo.
— Pero… pero… yo… no estoy a acostumbrado a esa cosas…—contestó él sintiendo como el rostro le ardía de lo sonrojado que estaba.
La única vez en la que él o ella se habían tomado tantas libertades, fue hace varios meses atrás cuando disfrutaron de su primera vez, en la que no pudieron controlar sus impulsos. Luego habían disfrutado de hacer el amor de manera lenta y romántica, pero sin llegar nunca a tales extremos.
— Lo sé, pero deja que te haga el amor como yo quiero por esta noche Shun, al menos por esta vez déjame ser ¿De acuerdo? —Susurró ella en su oído para luego bajar lentamente de nuevo a esa parte que palpitaba con fuerza.
— June… June… oh dios… —gimió Shun de repente al sentir la sedosa lengua de su esposa recorrer su miembro por primera vez en mucho tiempo, cosa que hizo que casi gritara.
Mientras se deslizaba por todo el glande, Shun jalaba sus cabellos mientras gemía descontroladamente con sus manos aún atadas por los guantes de ella, los cuales (milagrosamente) seguían atados a sus rojas manos.
— June… por favor… por favor… —soltó Shun en tono de suplica, sin todavía poder pronunciar más nada, hasta que noto de nuevo que ella lo estaba ignorando de nuevo, para su completa y total desesperación.
Shun sentía una sensación impresionante, que nunca había experimentado en todo el tiempo que había estado con June, se apoderaba de su cuerpo.
Caricia tras caricia Shun se sentía que era incapaz de contenerse más tiempo, ya que si ella seguía con esa dulce y suave tortura, rompería sus ataduras, que ya estaban dejándole marcas rojas en las manos de la tensión que el ejercía.
June se detuvo de repente y él pudo sentir como rozaba la parte exterior de ella de manera suave, por lo que por fin rompió sus ataduras con un grito desesperado, luego la agarró de la cintura, para después colocarla debajo de él.
Shun embistió con fuerza a June, la cual soltaba gritos de enorme placer, casi al compas de los alaridos que soltaba Shun cada vez que entraba en ella.
Después de pasados varios minutos, en los cuales Shun besó y saboreó cada parte de June (sin soltarla) Shun soltó todo su ser en ella con una fuerte embestida y un grito, que pudo haber sido considerado un alarido de una bestia herida, para muchos; a la vez que también June gritaba.
Shun cayó exhausto sobre el pecho de ella, respirando agitadamente y con el sudor en su frente, después él sintió como ella pasaba sus manos por su espalda y la masajeaba con delicadeza, tratando de relajarlo, ya que después de todo, él fue el que paso más trabajo.
— ¿Estás bien? —preguntó June al ver que Shun todavía respiraba con dificultad y notaba que su frente estaba muy sudada; al igual que todo su cuerpo.
Shun soltó una risa y se incorporo con un brillo en los ojos.
— Si… mejor que nunca… —le respondió besando sus labios y colocándose detrás de su espalda, para luego abrazarla; mientras añadía—: …eres una fogosa.
— Pues tú no eres tan santo como yo creí —rió ella mientras se volteaba y enredaba sus piernas con la de él, mientras que se arropaba con la sabana.
Shun comenzó a acariciar el cabello de ella con ternura, mientras le daba besos en la frente.
— ¿Dónde aprendiste eso? —dijo entre interesado y avergonzado ante este hecho, formulando así la pregunta que le venía rondando la cabeza desde que comenzaron— nunca habías sido tan pasional antes, que yo recuerde —añadió él, recordando si en el pasado había sucedido algo por el estilo, fallando en el intento.
June lo miró un poco extrañada.
— ¿Te molesto eso? —Preguntó preocupada de repente al notar el tono de voz de él.
— Fue una de las experiencias más maravillosas de toda mi vida —afirmó él, haciendo que June tuviera una subida de ego femenino.
— Una mujer no revela sus secretos —comentó ella dándole un beso en las manos —.
Shun sonrió y la abrazó con fuerza.
— Te amo —dijo el abrazándola con fuerza — siento que cada vez que te veo de nuevo te amo mas, no sé como esperamos tanto para esto, cada vez que lo pienso, siento que fuimos unos tontos —agregó él.
— Estábamos ocupados con otras cosas —justificó ella.
— Aún así, me alegra estar contigo para siempre, y compartir este bello momento —rectificó Shun besándola en el cuello.
June suspiró de placer ante ese gesto y lo correspondió de la misma manera.
— Yo también —añadió ella.
Hicieron el amor toda la noche, hasta que por fin el cansancio comenzó a vencerlos, por lo que comenzaron a dormirse abrazados.
June posó sus manos y cabeza en el pecho de Shun y dijo:
— Me alegra que estemos juntos, para serte sincera, hubo una vez que pensé que nunca me esperarías —le dijo ella con una media sonrisa.
— Eso es imposible —comentó abrazándola con más fuerza.
— ¿Por qué? —preguntó ella cerrando sus parpados y acurrucándose.
— Porque amor mío, yo a ti siempre te esperare — comento el dándole un beso en la frente antes de dormirse.
ORIGINAL HERE
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